Los mexicanos somos un país que hacemos mucho uso del dinero en efectivo a pesar de que existen todo tipo de instrumentos como tarjetas de crédito, de débito y monederos electrónicos, estos mecanismos de pago son solo para un porcentaje muy bajo de la población. Sin embargo en los últimos años se había incrementado considerablemente el uso de tarjetas, por el temor de traer efectivo, o simplemente para tener mejor control de los gastos. Sin embargo con todas las reformas fiscales del 2014 el uso del efectivo para pago de bienes y servicios se ha incrementado considerablemente, a pesar de que tenemos una Ley anti lavado de dinero y que restringe el pago en efectivo de algunos productos, la gente ha vuelto a usarlo de manera regular como pago, para tratar de evitar al fisco, las personas saben que con el uso de tarjetas de crédito o débito serán fiscalizadas por lo que han recurrido de nuevo a la forma tradicional de pago, el efectivo. Desde luego esto fomenta todavía más la informalidad, la evasión fiscal y disminuye la fiscalización, precisamente lo que se trataba de controlar con todas las reformas estructurales, para decirlo coloquialmente “se les voltio el chirrión por el palito” a las autoridades fiscales al menos de momento, ya que la restricciones de efectivo y la vigilancia de tarjetas no son las únicas medidas de control que tiene la autoridad fiscal para vigilar a los contribuyentes. El promedio de uso de tarjetas en México es mucho menor que algunos países de américa latina, países como chile, argentina, Brasil y Colombia nos superan y por mucho en el uso de tarjetas bancaria, la diferencia con estados unidos es enorme. Al pagar en efectivo se pretende ocultar compras de bienes y servicios, para ocultar ingresos y se vuelve un círculo vicioso. Creo que las autoridades fiscales deben reconsiderar las actuales tasas de impuestos y en general el sistema tributario para que sea más equitativo, más justo y para que se recaude más. ‘Sólo después de que el último árbol sea cortado, sólo después de que el último río sea contaminado, sólo después de que se pesque el último pez, sólo entonces descubrirás que el dinero no se puede comer’. Profecía India